sábado, 5 de noviembre de 2011

El tiempo pasa rápido

Sentir los años pasar y con cada ellos, el viento fresco que varía con cada segundo que pasa. Y es cuando entrecerramos los ojos y observamos. Esperamos a la aparición de algo, más bien, a que ese algo vuelva a nosotros. No cabe duda que en algún momento dado, mientras limpias tu habitación, encontrarás una multitud de cosas antes ya olvidadas. Allí, debajo de la cama y entre capas de telarañas está un viejo álbum de cuando estabas en segundo de Primaria. En el instante, te ríes porque al observar a la pequeña criatura de mirada inocente e infantil encanto, te sorprendes de saber qué esa eras tú.
Y es cuando te preguntas, "
¿Tanto he cambiado?"
Entonces, ríes. La risa brota de lo más hondo de tus entrañas y aunque piensas que es felicidad, muchas veces se siente más melancólica que alegre. Pero allí no acaba el recuento, pasas las fotos y con cada nueva imagen que aparece, ves una fase de tu vida que ya no recuerdas tan nítidamente como antes o que ya olvidaste. Te encuentras con rostros que son vagos recuerdos, con risas estáticas y llantos mudos. Ves el mundo que antes viviste.
Es extraño la capacidad que tenemos para rememorar las cosas y darnos cuenta de que ha llegado un momento en dónde nada es cómo solía serlo. Donde nos volvemos más grandes, que a pesar de que no lo deseemos, nos toca crecer. Sí, es difícil, a la mayoría de nosotros nos gustaría volver a aquel tiempo donde nada más nos preguntábamos qué jugaría con quién, cuándo mamá me dará un helado y la más mínima cosa. Hasta cuando nos causaba felicidad ver un arcoíris en el cielo.
Y al final, siempre terminamos añorando aquello que ya pasó. Es el infantil anhelo de querer que vuelvan aquel tiempo donde creíamos ser más felices, donde cada momento parecía ser un nuevo mundo por descubrir. Pero hemos olvidado, que cada instante de nuestra vida puede ser un nuevo comienzo. Seamos como los niños, que a todo sonríen. Que el llanto sólo dura un instante y que no conocen el odio.
Porque en cada uno, ahí un pequeño que pugna por salir.





"La infancia es un privilegio de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca".
                                                                                                                               Mario Benedetti

No hay comentarios:

Publicar un comentario