domingo, 26 de junio de 2011

¿Cuántas capas esconden nuestras palabras?


Es curioso cómo uno está convencido de que se explica pero resulta que nadie le entiende. Cómo una palabra pretendidamente amable dicha desde el rencor se percibe todavia más violenta que un insulto rabioso. Somos millones de personas, cada uno con sus cosas, creyendo compartir un mismo idioma. Pero no. Cada ser humano tiene un idioma diferente. Y las palabras a veces ensucian la comunicación. ¿Cuántas cosas decimos en el peor momento? ¿Y cuántas de ellas a la persona menos adecuada? ¿Cuántas omitimos cuando es necesario pronunciarlas? ¿Cuántas crisis hemos provocado con sólo dos frases? Hablas con cariño y el otro percibe desprecio, hablas con desprecio y el otro no se da por aludido (y mira que tú lo has intentado). Callas cuando lo crees correcto y resulta que tenías que haber dicho eso que no sabes que tenías que decir. Hablas, pero claramente, lo más inteligente sería haberte callado. Pronuncias un ''te amo'' cuando el otro necesita aire y espacio, un '' mejor lo dejamos'' cuando reclaman tu apoyo más que nunca. Un ''nada puede ir peor'' cuando a tus espaldas se desata un tsunami.
Vamos a tener que aprender a descifrar a los demás más alla de sus gargantas, sus lenguas y sus cuerdas vocales.

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